viernes, 14 de noviembre de 2014

Donde nadie me encuentre


La noche del jueves 13 de noviembre, Rakel Rodriguez leyó una buena parte de los poemas de su libro Donde nadie me encuentre en el café Beluga de Valladolid.

Rakel, aparte de poeta, es editora. Su proyecto, ediciones RaRo, ya lleva diez años funcionando. Además de libros de poesía, la editorial sostiene una revista literaria, La RaRa, que lleva tres números publicados.

Rakel leyó muy bien, supo sujetar con su voz y su entonación las riendas de esos poemas intensos y, a veces, desgarrados que componen el libro.


"... y te derramas tú sola
sintiendo la ausencia..."




Cuando terminó la lectura tuve ocasión de hablar un buen rato con ella sobre su escritura. Le pregunté si los poemas le sobrevenían en forma de palabras y, por ello, sentía la necesidad de anotarlos en una libreta o cuaderno. Me contestó que su mente primero procesa la materia poética en un estado de manifiesto ensimismamiento, pero que luego necesita encerrarse a escribir para darle salida y ponerla por escrito.

Esto me ha hecho pensar en una cuestión respecto a la creación poética. La forma que empleamos está constreñida por el propio vigor de las palabras, principalmente las de aquellos que nos antecedieron en este ejercicio, que viene a ser una "camisa de fuerza" contra su energía primigenia. Como ella misma dijo en conversación con Pepe Sánchez y Pedro Villalón:

"Cuanto más sabes, más te frenas".

J.A.R.